El capuchino es una de las variedades favoritas de quienes disfrutan del café. Diariamente en todo el mundo, incontables personas pueden disfrutar de esta bebida increíblemente popular. ¿Sabes cuál es su origen? ¿Su inventor? ¿Por qué se le llama capuchino? Vamos a responder estas preguntas.

Existe una controversia sobre si la bebida puede ser acreditada a los austriacos o a los italianos. De acuerdo a registros de la época, en 1863, la ciudad austriaca de Viena fue asediada por los turcos; para poner fin a la guerra, el Papa Pío IX envió al fraile Marco D’Aviano. Al dejar los turcos la ciudad, se cuenta que D’Aviano tomó costales de café dejados atrás por las tropas en retirada. De estos granos, preparó una bebida, como era la usanza turca, pero, al parecerle muy fuerte, le agregó leche, miel y crema. D’Aviano, nacido en Venecia, pertenecía a la orden de los capuchinos. El nombre de estos monjes hace referencia a la forma diminutiva de la palabra italiana  capuccio  (capucha), debido a los hábitos con capucha que portan. El que el café se llamara capuchino no sólo vino porque D’Aviano perteneciera a esta orden, sino porque, al mezclar los ingredientes de la manera en la que lo hizo, el color de la bebida fue casi idéntico al color característico de los hábitos de los monjes de esta orden. De hecho, el color era tan conocido que se utilizaba de manera regular para denominar a un tono rojizo de café.

La primera aparición de un local dedica a comercializar esta bebida se dio en la ciudad de Viena cerca de la época en la que D’Aviano inventara la bebida. En ese entonces, se utilizaba la palabra en alemán Kapuziner, para denominarla. De hecho, la primera receta de kapuzinerkaffe se le acredita a Wilhem Tissot, en 1790. Hacia la década de 1930, en Italia se utilizaba ya la palabra capuchino para denominar al café de este tipo, pero no fue sino hasta 1937 que un escritor francés hizo registro oficial de esta palabra en la ciudad de Venecia.

La parte más notoria del capuchino, su prominente corona de espuma de leche, fue posible gracias a la invención de la máquina de espresso, patentada en Italia en 1902. Esta máquina permitió adherir leche espumada a la bebida, lo que le otorgó un nuevo nivel de cremosidad, así como los detalles estéticos característicos.

¿Austriaco o italiano? Al final, lo que importa es que el sabor del capuchino cautivó rápidamente a toda Europa y terminó por conquistar el mundo. Actualmente, puedes conseguir un capuchino prácticamente en cualquier cafetería y se le sigue considerando una bebida gourmet. Tanto así que, en cualquier OXXO, puedes pedir un capuchino andatti y disfrutar de siglos de historia en un vaso.